A los 12 años una amiga me preguntó qué quería ser de mayor. Yo le dije sin pensarlo: «bisexual». Ella rió a carcajadas y me preguntó si acaso sabía lo que significaba. «Sí lo sé», respondí, «que te puede gustar quien sea». Ella se mofó diciéndome: «sí, hasta los autobuses».
El mito de la promiscuidad y el vicio pega fuerte cuando eres bisexual. Tratada como una ambición sexual desmedida y no como una orientación, las violencias vuelan entre propuestas de tríos y señoros en parejas monógamas que no ven el sexo sáfico como cuernos. En el ambiente hetero es lo que puedes esperar: o eres hipersexualizada o eres invisible.
Ser invisible puede ser un beneficio en algunas situaciones, pero desde luego no es un privilegio. No es un privilegio oír el odio cuando descubren que estás fuera de la heteronorma. Tampoco es un privilegio sentir que no encajas ni perteneces a ningún sitio.
En el ambiente LGTBIQ+ demasiadas veces se ve a las bisexuales como turistas, lesbianas confundidas que aún no han dado el paso o quizás heteros que solo quieren llamar la atención. Hay una presión enorme hacia esa elección monosexual y a ella nos empujan desde todos lados. Cuando dudan de ti una y otra y otra vez, al final dudas de ti, te sientes una impostora.
Tengo una pareja amiga, chico-chica, ambos bis. Les han gritado, los han expulsado de fiestas del ambiente con miradas de odio y comentarios sobre la invasión de sus espacios por parte de los heterosexuales. Porque la bisexualidad ni si quiera es una opción para las personas bífobas. Porque, aunque lo sean, están teniendo prácticas hetero. ¿Qué coño significa eso? Nada en absoluto. Ambos son bis, y eso no cambia según el género de la persona con la que se enrollan. Tenía amigas bolleras que me han llamado traidora por quedar con un chico y que realmente creían que las bisexuales traíamos las ETS a sus espacios. Este es el nivel.
Bisexuales, nuestra orientación existe y resiste. Nuestra fluidez huele a utopía y sabe a revolución. Ocupamos los umbrales y desdibujamos las fronteras. Nos vemos y protegemos entre nosotres. Vamos a celebrarnos.
